23 de mayo de 2011

1609, Herejía y castigo. Las brujas vascas.

Contextualización del relato

Nos ubicamos en Francia, principios del siglo XVII. Por esta época las Monarquías absolutas y Estados centralizados unían los retazos del ya anticuado sistema feudal. Dentro del territorio francés había perdido poder la Iglesia y así también la famosa Santa Inquisición. En el año 1460 se quemaron algunos burgueses ricos y caballeros que discutían asuntos religiosos, lo que provocó una gran irritación. Por ende el Parlamento de Paris le dio la espalda a la institución inquisitoria, y la desplaza de su función de juzgar a los herejes a partir de 1547, función que pasaron a cumplir los Parlamentos a través de la "Cámara Ardiente". Entre los años 1562 y 1595 se suceden diferentes guerras de religión que conmocionan Francia. Guerras entre católicos, protestantes y calvinistas. Es Enrique IV quien pone orden a esta situación, y es el ya nombrado rey, quien gobierna Francia en el momento cuando el País Vasco Francés (o Lupurdi, como lo llamare de aquí en más) es sacudido por una gran masacre, hecho que pretende dilucidar este relato.


1609, en Lupurdi

Corría el año 1609 en Lupurdi. Habitaban allí vascos franceses dedicados a la navegación, pasaban largos meses navegando, dejando a sus mujeres solas, algunas de las cuales no volverían a ver vivos a sus maridos. Allí el clero no pesaba mucho, no se perseguía a los brujos. Los frailes eran un poco brujos. De día daban a la población su misa blanca, de noche eran atrapados por las sombras del diablo. Dichos frailes iban a los aquelarres. Bien sabemos que el aquelarre es el lugar donde las brujas hacían sus reuniones y rituales, allí se realizaban orgías y se cometían los más terribles pecados. Pero alejándonos un poco de la fantasía, se puede entender al aquelarre como una de las reminiscencias de los cultos paganos, enterrados por el cristianismo, pero no del todo. Como bien sabemos, el recuerdo de los rituales paganos no había sido borrado del espíritu de las poblaciones rurales francesas.


Los aquelarres

¿Que era entonces un aquelarre en Lupurdi hacia el año 1609? Según lo narrado por Jules Michelet no había nada de fantástico allí, pero si abundaban en pecados. Los aquelarres eran fiestas nocturnas, y allí acudía toda la población, hasta los nobles, y por supuesto se divertían. Los aquelarres también se pueden entender como un asunto monetario, se debía pagar por concurrir, y se multaba por ausentarse en ellos. Tal vez también allí se realizaban actividades relacionadas con el curanderismo y la cartomancia.

Hacia el año 1609, algunas disputas entre las familias importantes de Lupurdi terminan en un cruce de acusaciones de brujería, y efectivamente, el magistrado Urtubi, asesor criminal de Bayona, se creía embrujado. Tal era su creencia que se dirigió al Parlamento de Burdeos para denunciar el hecho y lograr que encuentren y juzguen al brujo responsable de tal obra. Para este trabajo fueron escogidos dos juristas por el Parlamento y por el mismísimo rey Enrique IV, los señores de Espagnet y de Lancre, quienes rápidamente se dirigieron al país vasco.


Pierre de Lancre en Lupurdi

En el año 1609 llega Pierre de Lancre al País Vasco Francés. Lancre era un religioso y místico, muy convencido de la existencia de la brujería y de los peligros que entrañaba. Muchas personas huyen hacia las montañas temiendo ser enjuiciadas.

Recordemos que por estos siglos se creía que las mujeres tenían una mayor tendencia que los hombres hacia la brujería, por lo tanto se buscaban testimonios principalmente de mujeres para ser condenadas como brujas. Dice Lancre que en Lupurdi :“las mujeres sólo comen manzanas, sólo beben jugo de manzanas, lo cual les proporciona la ocasión para que muerdan con agrado esta manzana prohibida, que hizo propasarse y quebrantar la prohibición del mandamiento de Dios a nuestro primer padre. Son Evas que seducen de buena gana a los hijos de Adán"

Esgrime algunos otros argumentos de por que las mujeres tienen mas inclinación a la brujería pero no vienen al caso en este relato. Las mujeres interrogadas por Lancre se asustaron muy poco, pero la indiferencia no duraría mucho.

Una mendiga de 17 años, la Murgui, que había encontrado lucrativa a la brujería en aquellas tierras, confesó sus actos y rompió el silencio. Y no solo eso, sino que también acusó de brujas a otras mujeres, comenzando así un sinfín de acusaciones cruzadas.

La Murgui tenía en sus manos a Lancre. Los jueces creían cada una de sus palabras, y confiaron en ella como la encargada de buscar la marca del diablo en cada persona. Esta joven era dueña del destino de muchos infortunados. Largas colas de mujeres esperaban para dar sus testimonios y acusarse unas a otras de brujería. Se interrogo a 500 niños para que acusaran a sus madres.


Condena y enjuiciamiento

Lancre creía estar en el mismísimo infierno. Asustado, dio rienda suelta al proceso y comenzó a encender el fuego de las purificadoras hogueras. Las acusadas, envueltas en resignación, tiraron al viento más acusaciones. Toda la población se sintió amenazada.Tal es así que una multitud se arrojó sobre las acusadas para que se retracten de sus acusaciones, y por poco mueren en manos de sus conciudadanos.

Tras cuatro meses de investigación se llega a la condena de 3000 brujos y brujas, se cree que representaba un 10% de la población de Lupurdi. Hombres, mujeres, y niños. Entre ellos tuvo que enjuiciar a ocho sacerdotes. A partir de las acusaciones descubrió muchas correrías de los sacerdotes en los aquelarres. De estos ocho, cinco de ellos lograron escapar, por lo que Lancre rápidamente llevo a la hoguera a los otros tres. El clero francés se horrorizó por este acto. De los demás brujos y brujas no se sabe exactamente cuantos perecieron en la hoguera, pero se cree que 600 almas pasaron por allí, antes de que la masacre fuera interrumpida.

Lancre se había ganado la oposición del clero, al mismo tiempo que los vascos navegantes terminaron sus trabajos y regresaron a su hogar, encontrándose con los anteriores entredichos, y muchas de sus mujeres preparadas para morir en la hoguera. La población indignada amenazó con un motín, y Lancre tubo que regresar a Burdeos, dando por finalizada la caza de brujas. Más tarde en Paris fue recompensado por su actuación en Lupurdi, y siguió sus días como consejero de Estado.

Pierre de Lancre murió en 1631 convencido que gracias a la matanza de aquellos brujos y brujas de Lupurdi había salvado a Francia del infierno.


El libro de Lancre

A lo largo de su libro Tableau de l’inconstance des mauvais anges et démons: où il est amplement traité des sorciers et de la sorcellerie(1612), Pierre de Lancre nos cuenta su despectiva visión de la sociedad vasca y como el diablo había penetrado en ella. A cada paso que da por estas tierras solo cree ver brujas y brujos, iglesias profanadas por Satán y costumbres indignas de un cristiano. Pues las costumbres vascas eran bien diferentes a las predominantes francesas y españolas. Cree que el mismo diablo conspira contra Francia. Al encontrar en Lupurdi personas de débil religiosidad, Satan se adueño de el, con el fin de expandirse y vencer sobre los ejércitos de Dios. Es esta mentalidad de Lancre la que explica su empeño por enjuiciar a un gran número de brujas y brujos. Tal como lo dice Michelet, se percibe en el "la dicha de un hombre que ha cumplido honorablemente con su deber en medio de un gran peligro". Sugiero no tomarse enserio la afirmación de Michelet de que Lancre "reina en su estupidez". Estúpido es aquel que hace actos sin sentido, sin ninguna razón. Al contrario Lancre sabia muy bien lo que hacia. Si se quiere encontrar la génesis del macabro acto que comete, se debe buscar en su visión del mundo, en su paradigma. Lancre vió en Lupurdi lo que su mentalidad lo preparo para ver, si se leen algunas paginas de su obra, se interpreta que el realmente cree estar en el la tierra de Satán.


Bibliografía:

-Seignobos, Charles "Historia Universal, tomo IV"

-Michelet, Jules "Historia del Satanismo y la Brujería"

-Lancre, Pierre "Tratado de brujería vasca. Descripción de la inconstancia de los malos ángeles y demonios"

22 de mayo de 2011

Del por qué de los pasos y otras yerbas

No hay pasos que no dejen huellas, como no hay hombres que no dejen pasos en el tiempo.

Cada huella que deja un hombre, deja atrás una historia para contar. Conocemos bien los saltos que ha dado la humanidad en los últimos 5000 años de historia. Quedan por conocer los pasos que muchos de estos hombres han dado. Esta es una ciencia bien conocida en nuestra época. Los historiadores se dedican al análisis y descubrimiento de esas huellas en el tiempo.

Aquellos que admiramos la historia académica desde lejos, estudiándola, nos impresionamos al ver muchísimas ricas historias que aparecen navegando por internet, y que sin embargo estas carezcan de todo tipo de fuentes que las corroboren, asemejándose mas a un chisme que a una historia. No lo digo con el afán de desprestigiarlas, muchos encuentran entretenido la lectura de ellas, pero si los invito a dudar sobre la procedencia de las mismas.

Conocer historias a través de las fuentes mismas, de las huellas mismas mediante la cual llegan a nosotros, es un gran placer para aquellos que estudiamos la historia. Rearmar ese rompecabezas que significa el encuentro directo con las fuentes, y desde ahí armar un relato, es una tarea ambiciosa, más aún para humildes estudiantes o aficionados a la historia.

Uno se preguntaría si es tarea nuestra el análisis de esas fuentes, y la posterior construcción de un relato. Con tantos licenciados, doctores, o masters en historia dando vuelta por el mundo, solo tendríamos que relajarnos y leer sus obras. Lamentablemente el ser humano no se contenta con ver obras de los demás, y mas aquellos que nos sentimos apasionados por determinadas actividades.

Construir los relatos que serán publicados es un riesgo, el riesgo del error que persigue a todo estudiante. Pero este riesgo implica también un aprendizaje, y sin mas vueltas, disfruto atando los cabos de las cosas que acabo de leer. El verdadero riesgo radica en la publicación de los relatos. Si bien estos fueron realizados con mi mas grata honestidad, seguramente no estén exentos de errores. Pobres de aquellos que solo vean en sus creaciones la perfección, por que ellos si que no aprenderán.

Bienaventurados los que nos alegramos cada vez que nos descubrimos equivocados, y la única manera de llegar a la certeza de nuestro error, es publicándolo.

Aprendí mucho realizando los siguientes relatos, su publicación es solo para intentar captar el interés por la historia de aquellos que tropiecen de casualidad con este blog, y como ya detallé, para su posterior crítica. Por favor no confundan esto con historia académica, solo es uno de mis pasatiempos.

Muchas gracias.